Fotografía y diseño: José Valiente Tejado
Fecha de solicitud: 19-10-2009
Fecha de aprobación: 20-10-2009
Tirada 300 ejemplares
Primer dia de circulación: 4-11-2009
El castillo de Medellín se alza en un promontorio que domina el curso del río Guadiana, al norte, y la villa al mediodía. Son condiciones estratégicas naturales que se refuerzan con las propiamente arquitectónicas y que se configuran en la misma fortaleza, evocando una y otras su función castrense, pujante a lo largo de la Edad Media.
Ya en el siglo X Al-Bakri cita el castillo en este emplazamiento, lo que es conformado algo más tarde, en el siglo XII, por Al-Idrisi, hablando de las actividades belicosas de sus moradores.
Tras ser reconquistada por los cristianos a finales del primer tercio del siglo XIII, recibiría importantes añadidos y reformas. En el Siglo XIV era administrado por D. Juan Alfonso de Alburquerque, hasta 1354, en qe éste es destituido y arruinado el castillo por orden de su hasta entonces protector Pedro I de Castilla.
El castillo se configura con planta poligonal, próxima a la figura de una elipse, constituido con dos recintos paralelos fabricados con mampostería, sillarejo y sillería.
El recinto exterior o barbacana se encuentra en muy deficiente estado de conservación, desaparecido en su mayor parte y con escasa altura en las zonas persistentes. Circunda íntegramente el cuerpo principal del castillo, constituyéndose con volúmenes saledizos, a modo de baluartes, y protegiendo las cuatro torres semicilíndricas del recinto principal. Las dos puertas de esta barrera se abren en los flancos septentrional y meridional; la primera a modo de acceso en recodo y la segunda como un túnel o pasadizo pronunciado, defendiéndose a su vez con un matacán sobre la puerta, más dos torrecillas en el flanco meridional, en donde aparece que se hicieron algunas obras en el primer decenio del siglo XVI.
El cuerpo principal de la fortaleza conserva con notable integridad sus muros perimetrales, si bien ha sido necesario uno de los lienzos meridionales.
Todo el recinto es recorrido por un andén, en parte almenado al exterior y empretilado en el interior. Se flanquea el conjunto con cuatro cubos semicilíndricos, algo más altos que el adarve. Completan las defensas del castillo una torre cilíndrica en el ángulo suroriental y dos torres prismáticas, situadas en el medio de los lados septentrional y meridional respectivamente, unidas entre sí por un gran muro transversal que divide al castillo en dos, y configurándose en cada lado dos grandes plazas o patios.
Cuatro puertas permitían el acceso al interior del castillo; la más antigua al sur, con arco de medio punto. La principal en el lado occidental, con arco apuntado, y encuadrado por un alfiz, sobre el cual se encuentran dos escudos marmóreos con las armas de D. Rodrigo Portocarrero, primer Conde de Medellín, y de su esposa Doña Beatriz Portocarrero, Condesa de Medellín a la muerte de su marido, datables a mediados del siglo XV, como el conjunto de la portada. Otra puerta tapiada, se encuentra en el flanco septentrional y un postigo, tambien cerrado, aparece en el ángulo oriental.
La pieza más interesante del interior es un notable aljibe hispano-musulmán que se emplaza en el recinto oriental, junto a la Torre del Homenaje. Es de reducidas dimensiones, de planta rectangular (6,15 X 4,50) configurado con dos naves cubiertas con bóveda de ladrillo de medio cañón y separadas por una sencilla arquería formada por dos arcos túmidos que descansan sobre una fina columna cilíndrica con voluminoso y recio capitel, en el centro, y sendos pilares de ladrillo en los extremos.
Puede constatarse la similitud de este aljibe con otros conservados en la región, especialmente cpn el de Cáceres, de mayores proporciones, o con uno del castillo de Montánchez, más parecido al que ahora nos ocupa. Como aquellos, éste del castillo de Medellín se data en la segunda mitad del siglo XII, levantado durante la ocupación almohade.
Ya en el siglo X Al-Bakri cita el castillo en este emplazamiento, lo que es conformado algo más tarde, en el siglo XII, por Al-Idrisi, hablando de las actividades belicosas de sus moradores.
Tras ser reconquistada por los cristianos a finales del primer tercio del siglo XIII, recibiría importantes añadidos y reformas. En el Siglo XIV era administrado por D. Juan Alfonso de Alburquerque, hasta 1354, en qe éste es destituido y arruinado el castillo por orden de su hasta entonces protector Pedro I de Castilla.
El castillo se configura con planta poligonal, próxima a la figura de una elipse, constituido con dos recintos paralelos fabricados con mampostería, sillarejo y sillería.
El recinto exterior o barbacana se encuentra en muy deficiente estado de conservación, desaparecido en su mayor parte y con escasa altura en las zonas persistentes. Circunda íntegramente el cuerpo principal del castillo, constituyéndose con volúmenes saledizos, a modo de baluartes, y protegiendo las cuatro torres semicilíndricas del recinto principal. Las dos puertas de esta barrera se abren en los flancos septentrional y meridional; la primera a modo de acceso en recodo y la segunda como un túnel o pasadizo pronunciado, defendiéndose a su vez con un matacán sobre la puerta, más dos torrecillas en el flanco meridional, en donde aparece que se hicieron algunas obras en el primer decenio del siglo XVI.
El cuerpo principal de la fortaleza conserva con notable integridad sus muros perimetrales, si bien ha sido necesario uno de los lienzos meridionales.
Todo el recinto es recorrido por un andén, en parte almenado al exterior y empretilado en el interior. Se flanquea el conjunto con cuatro cubos semicilíndricos, algo más altos que el adarve. Completan las defensas del castillo una torre cilíndrica en el ángulo suroriental y dos torres prismáticas, situadas en el medio de los lados septentrional y meridional respectivamente, unidas entre sí por un gran muro transversal que divide al castillo en dos, y configurándose en cada lado dos grandes plazas o patios.
Cuatro puertas permitían el acceso al interior del castillo; la más antigua al sur, con arco de medio punto. La principal en el lado occidental, con arco apuntado, y encuadrado por un alfiz, sobre el cual se encuentran dos escudos marmóreos con las armas de D. Rodrigo Portocarrero, primer Conde de Medellín, y de su esposa Doña Beatriz Portocarrero, Condesa de Medellín a la muerte de su marido, datables a mediados del siglo XV, como el conjunto de la portada. Otra puerta tapiada, se encuentra en el flanco septentrional y un postigo, tambien cerrado, aparece en el ángulo oriental.
La pieza más interesante del interior es un notable aljibe hispano-musulmán que se emplaza en el recinto oriental, junto a la Torre del Homenaje. Es de reducidas dimensiones, de planta rectangular (6,15 X 4,50) configurado con dos naves cubiertas con bóveda de ladrillo de medio cañón y separadas por una sencilla arquería formada por dos arcos túmidos que descansan sobre una fina columna cilíndrica con voluminoso y recio capitel, en el centro, y sendos pilares de ladrillo en los extremos.
Puede constatarse la similitud de este aljibe con otros conservados en la región, especialmente cpn el de Cáceres, de mayores proporciones, o con uno del castillo de Montánchez, más parecido al que ahora nos ocupa. Como aquellos, éste del castillo de Medellín se data en la segunda mitad del siglo XII, levantado durante la ocupación almohade.