ZAFRA


Fotografía y diseño: José Valiente
Fecha de solicitud: 30-01-09
Fecha de aprobación: 30-01-09
Primer día de circulación: 13-02-2009
Tirada: 300 sellos





En el segundo tercio del siglo XV la primera residencia solariega de la familia Suárez de Figueroa en Zafra, lo que hoy es Hospital de Santiago, no satisfacía las necesidades de sus moradores. Por aquellas fechas, Don Lorenzo Suárez de Figueroa decide construir un nuevo edificio, para lo cual solicita licencia al monarca Juan II. En 1441, el rey accede a lo solicitado, aunque las obras se habían iniciado cuatro años antes, como se deduce de la inscripción que aparece en la entrada principal del edificio, cuyo texto es el siguiente: “En el año 1437 se comenzó este alcázar por mandato del noble caballero Lorenzo Suárez de Figueroa uno del consejo del Rey Nuestro Señor y Mayordomo mayor de la Reina”. En 1443 los trabajos han concluido, como expresa el texto de la inscripción que figura en el exterior de la torre del homenaje. Según algunos autores, el Alcázar se levantaría sobre las ruinas de una fortaleza árabe.

El Alcázar de Zafra es indudablemente una de las más importantes construcciones castrenses de la provincia de Badajoz. Se trata de una singular fortaleza realizada fundamentalmente a partir de la mampostería, reduciéndose el empleo de la sillería a la portada y a otros elementos del exterior como vanos y matacanes. Nueve torres jalonan el perímetro almenado de la edificación, cuatro en las esquinas, dos en los flancos, dos a ambos lados de la portada y la torre del homenaje. Esta última más alta y ancha que las demás, se aloja en el muro opuesto de la fachada, destacándose claramente sobre el resto del edificio. Sucesivamente reutilizando, el palacio de los Duques de Feria ha sufrido diversas modificaciones y añadidos, como es el caso de los dos cuerpos de coronamiento abalaustrado que se dispusieron en la fachada principal flaqueando la portada, o la construcción de ladrillo, en otros tiempos cuartel, que se levanta en el siglo XVII al sur del edificio para unir éste con el convento de Santa Marina.

Es necesario destacar los artesonados de la capilla y de la llamada “sala dorada”. Es el primero una vistosa cúpula ochavada del siglo XV que cubre el espacio del presbiterio; realizada en madera dorada, constituye uno de los ejemplos más interesantes de la región extremeña en lo que al artesonado y al gótico-mudéjar se refiere.

En la torre del homenaje se conservan aún restos de una pintura mural que representa motivos figurativos y heráldicos realizados al fresco; son estos los únicos testimonios que nos han llegado del interesante conjunto pictórico que decoraba el Alcázar.

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